Es una obra artística con un valor incalculable. Desde hace tres siglos ha situado a la Virgen de Consolación en el más absoluto centro de su santuario. Nos referimos al magnífico retablo del santuario de Consolación de Utrera, que se construyó a principios del siglo XVIII y que nos habla de una época de esplendor auténtico de la devoción a la del barquito en la mano.