Nacieron en Utrera, pero gracias a su talento se convirtieron en dos personajes universales y en patrimonio de todos los amantes de la Literatura. Fueron capaces de reflejar como nadie el carácter cambiante y contradictorio de la España de principios del siglo XX. Consiguieron el reconocimiento de todo el público y el cariño que despertaban les hizo merecedores de contar con monumentos en su honor en Madrid, Sevilla y por supuesto en Utrera.